Entré a la televisión porque sabía que era un medio masivo que me permitiría llegar a más gente con una sola misión: transmitir el amor por los animales.
En un país tan violento como el nuestro, amar a seres que no pueden defenderse es un paso vital para crecer como seres humanos y sociedad.
Créanme que en el programa, muchas veces se me ha partido el alma cuando he tenido que anunciar -a los dueños de alguna mascota- que tiene cáncer o ya no podemos hacer nada por ella.
Gracias a Dios, han sido más los casos en lo que sí hemos podido ayudar y han tenido un final feliz. En ‘Dr. Vet’ no hemos inventado ni dramatizado nada, todo lo que usted ha visto es real: los llantos, las alegrías y las imágenes de ternura.
Quiero agradecer a todo mi equipo del hospital veterinario y a todo el equipo de ‘Dr. Vet’ por el trabajo realizado. Sigue en pie mi promesa de hacer las cosas aún mejor y ayudar a los animales.