La Consejería de Sanidad de España resolvió, desde el punto de vista de la bioseguridad, sacrificar a ‘Excálibur’, el perro de la enfermera contagiada de Ébola. Desde la posición del propietario y de todos los amantes de los animales fue una decisión exagerada. Se entiende, que el Ébola es una enfermedad con el 50% de mortalidad, pero se trataba del único can doméstico en el mundo que tuvo contacto con una portadora de este mal. Debió entrar en cuarentena en áreas de alta seguridad biológica exclusiva para an imales, instalaciones que parecen no existir en España. Como veterinario, pienso que con el sacrificio de ‘Excálibur’ se perdió la oportunidad de conocer el comportamiento del virus en el perro. Vamos a estar a ciegas si vuelve a aparecer un caso similar. ¿Qué harán las autoridades, sacrificar a los canes de todos los infectados con Ébola? Me apena mucho que hayan sacrificado a un perro sano, querido por sus dueños e inocente de toda culpa.